- Área: 6 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Adolf Bereuter
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En Bregenzerwald, un valle alpino en el oeste de Austria, la trashumancia (pasar, el ganado, desde los pastos de invierno a los de verano, y viceversa) sigue siendo la forma de agricultura más practicada: la ganadería se ve obligada a pastar en la montaña en los meses más cálidos. Los más bajos de estos pastos se llaman Vorsäß, mientras que los más altos, utilizados en los meses más cálidos del verano, se llaman Alpe.
Wirmboden es un Vorsäß al pie de la empinada vertiente norte de la montaña Kanisfluh del valle, propiedad y administrada por un colectivo de agricultores. Casi todos los Vorsäß tienen su propia pequeña capilla o al menos algún espacio designado para la celebración de misas y la consagración tradicional de los granjeros y su ganado.
Durante 32 años hubo una pequeña capilla en Wirmboden, pero en 2012, la capilla y varias cabañas fueron destruidas por una avalancha. Si bien fue claro desde el principio que las cabañas serían reconstruidas, fue más difícil encontrar un consenso sobre la construcción de una nueva capilla. Siendo el cliente un colectivo de agricultores, cada uno con sus propias opiniones diferentes, las dificultades no eran tanto de naturaleza arquitectónica sino de naturaleza interpersonal. Encontrar una solución que hiciera felices a todos parecía imposible al principio.
Entonces, lo que vemos ahora en Wirmboden es un símbolo del espíritu colectivo de este grupo tan diverso de personas. Fueron ellos quienes negociaron, concibieron, planificaron y finalmente construyeron esta capilla en el transcurso de tres años; eso es 6 meses por cada metro cuadrado de espacio de piso en el edificio. Hoy en día, la capilla de montaña complementa el conjunto de cabañas alpinas de forma más natural; se convirtió en el lugar donde los vecinos se reúnen casualmente, donde se llevan a cabo reuniones y celebraciones, donde la gente viene a tomarse un momento y rezar.
El esquema simple y básico de la nueva capilla se refiere a la forma más original de edificios sagrados y resalta las características de este lugar especial y su uso. Según la tradición, las paredes están hechas de piedras recogidas alrededor del lugar y compactaron el concreto.
Las tejas cubren el fuerte entramado, y una entrada de madera estrecha conduce al pequeño oratorio.
Con su interior sencillo y humilde, la capilla es ante todo un lugar de conmemoración y reflexión. La luz difusa del día cae a través de una abertura en la cumbrera del techo de acero inoxidable pulido para jugar con la ventana azul clara del altar, creando una atmósfera etérea y contemplativa. Las tarjetas fotográficas conmemorativas se colocan en los espacios estrechos entre las vigas, conmemorando a los seres queridos de la gente de Wirmboden. La entrada, las cerchas y el espacio de la campana encima de la entrada están hechos de abeto alemán (a veces llamado picea avellana), un tipo de madera que se usa normalmente para violines y guitarras por sus cualidades acústicas especiales.
Gracias a las contribuciones prácticas de casi todos los miembros del colectivo Wirmboden, la nueva capilla se construyó sin la ayuda de terceros. La participación de todos hizo posible lo que parecía imposible al principio: hacer que (casi) todos estuvieran contentos con el resultado: una joya en las montañas.